El equilibrio en el camino
En otra entrada, ya comenté el hecho de que toda decisión tiene una repercusión en la vida y que era algo parecido a un camino. El camino, además de tener bifurcaciones también asciende y desciende. Esto es algo así como la felicidad y la tristeza, el optimismo y el pesimismo.
Desde mi punto de vista, me parece un buen ejemplo el de un camino que sube y baja, puesto que si en la vida real subimos un cuesta, es algo duro que no es apetecible. Bajar sin embargo es algo cómodo y simple. Los objetivos con los que todos soñamos están siempre arriba, por ello aquellos que sacrifican mucho tiempo y mucho esfuerzo por algo lo acaban consiguiendo.
Sin embargo, el camino tiene muchos aspectos: el trabajo, la familia, los amigos, la salud y lo espiritual son sin duda de los más importantes. Si dedicamos toda nuestra vida a subir la cuesta en uno de estos aspectos los demás quedan olvidados. Ya nos lo comento Carlos Andreu en Pamplona, la vida se tiene que parecer más a una cometa que a un ataúd.
Intenta que las personas que realmente te importan te acompañen durante el camino porque cuando ayudas a alguien a subir a la cima de una montaña, más cerca te quedas tu de la cima.
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